Cuba: Un futuro con esperanza
“¿Dónde puedo obtener una Biblia?” el joven preguntó. Él había estado esperando para hablar conmigo después de la reunión, y ahora estaba mirando expectante con esperanza en sus ojos.
Él nunca había tenido un Biblia, dijo, y su mayor deseo era poder leer una. Su nombre era Pablo, y mientras platicábamos, mencionó su deseo de conocer más a Dios, estudiar profecía bíblica, y especialmente saber más acerca de la Segunda Venida de Cristo. Prometí que le encontraría una Biblia.
Mientras se alejaba, una mujer se me acercó a preguntarme: “Pastor Costa, ¿puede decirme qué discutieron usted y ese chico?” Cuando me vio sorprendido, agregó: “Es mi hijo, y hasta esta semana no tenía ningún interés en Dios. Desde que comenzó a asistir a estas reuniones, ha cambiado por completo y parece que quiere más”.
Cuando le dije que me había pedido una Biblia, comenzó a llorar.
Esto sucedió en La Habana, Cuba, donde el pastor John Bradshaw y yo viajamos para presentar una serie de temas bíblicos centrados en Jesús, y en las doctrinas que nos ayudan a acercarnos más a Dios, algo que no se ve a menudo en Cuba.
La serie se tituló Un Futuro con Esperanza, que tiene un profundo significado para la gente de un país que necesita desesperadamente esperanza.
Del 6 al 14 de marzo de 2015, el pastor Bradshaw predicó y yo traduje sus presentaciones. Los asistentes estaban al borde de sus sillas, literalmente, sin querer perderse ni una sola palabra, ya que la presencia del Espíritu de Dios se sentía de manera poderosa.
Los que no estaban sentados estaban de pie en los pasillos, en el balcón, o mirando a través de las ventanas y abarrotando la iglesia. Cada noche, seis autobuses traían personas de diferentes partes de la ciudad para asistir a las reuniones.
La presencia del Espíritu Santo fue palpable en cada mensaje. Había poder del Cielo en las palabras del pastor Bradshaw, y la gente lo sintió. Avanzaban cada noche, tomando decisiones para Jesús.
“Nunca antes habíamos escuchado el mensaje profético de la Biblia presentado de esta manera”, dijo el pastor Anoldis Matos. “Muchos grupos vienen a Cuba. Algunos traen programas musicales, otros comparten estudios bíblicos, pero estas presentaciones son poderosas, claras y prácticas”.
Una práctica generalizada en Cuba es la santería, una forma de vudú respaldada y alentada por el gobierno. El mensaje claro del pastor Bradshaw sobre lo que dice la Biblia acerca de estas prácticas y el estado de los muertos tuvo un gran impacto en los corazones y las mentes de los asistentes.
Las necesidades en Cuba son grandes. En muchos sentidos, es un país congelado en el tiempo y aislado del resto del mundo, pero la gente es cálida y amigable, con ganas de aprender más acerca de Dios.
Muchas cosas que damos por sentado en Estados Unidos son escasas en Cuba. Cuando viajamos a Cuba, nos pidieron que trajéramos artículos sencillos, como betún para zapatos, cepillos de dientes e incluso lápices, para que las personas pudieran completar las tarjetas de estudio bíblico.
Otro producto escaso es la Biblia. Es por eso que Pablo estaba tan ansioso de conseguir una. Tanto John como yo dejamos la mayor parte del contenido de nuestras maletas con personas agradecidas. El salario mensual promedio en Cuba es de $18.
Sin embargo, más que la necesidad material es la necesidad espiritual de la gente. Están ansiosos por aprender más acerca de Dios y tener esperanza de un futuro mejor.
Al final de nuestras reuniones, 42 preciosas almas aceptaron públicamente a Jesús a través del bautismo. Salimos de Cuba sabiendo que hay un futuro de esperanza para ellos, porque siempre hay esperanza cuando Dios entra en una vida y cambia un corazón.
Por favor, continúen orando por Escrito Está. En este momento, el pastor Bradshaw y yo acabamos de regresar de una caravana nacional que cubrió las principales ciudades de Bolivia, predicando diariamente en una nueva ubicación. Los líderes de la iglesia en Bolivia nos dicen que miles de personas que se vieron impactadas por este evento ahora están estudiando la Biblia en grupos pequeños.
¡Jesús viene pronto y tenemos que decírselo al mundo!