El Evangelio en Ciudad de México

Desde muy temprana edad, Miguel había querido ser abogado. Durante años trabajó y estudió. Su tenacidad valió la pena cuando finalmente consiguió un puesto en la oficina del fiscal general en la Ciudad de México.

Miguel era muy querido y muy respetado en los círculos de liderazgo. Parecía que tenía todo lo que quería. Él tenía un gran respeto por la ley y una creencia profundamente arraigada en la importancia de la justicia en todos sus tratos. Pero algo le preocupaba. Durante mucho tiempo había luchado con la idea de la justicia de Dios. Quería creer en la religión de su juventud, pero como abogado, no podía aceptar lo que él percibía como el duro trato de Dios hacia el pecador culpable. ¿Cómo podrían las leyes del hombre ser más compasivas que las de su Creador?

Un día escuchó que el presentador de un programa de televisión que solía ver estaría teniendo reuniones en un gran hotel en el centro de la ciudad de México.

Se trataba del programa en español del ministerio It Is Written, Escrito Está, y el orador era el pastor Robert Costa. A Miguel siempre le había gustado el programa, y confiaba en el enfoque honesto y directo del pastor Costa respecto de la verdad bíblica, por lo que decidió asistir.

Miguel junto a su esposa.

Noche tras noche, mientras se presentaba cada mensaje, Miguel iba aceptando la verdad de la palabra de Dios. Pero luego se presentó el tema del juicio final, y algo cambió en Miguel. Él dijo:

“Como abogado y no como un estudiante regular de la Biblia, hubo cosas que escuché en diferentes iglesias que se contradecían entre sí y plantearon mis dudas en cuanto a la Biblia y a Dios. Pareciera que Dios no es justo.

El tema que tocó mi corazón como ningún otro fue el de las buenas nuevas del juicio final. Este mensaje era el que más me hacía falta escuchar para poder comprender el verdadero carácter de Dios. Era la pieza del rompecabezas que necesitaba. Ahora veo el evangelio claramente. Veo que Dios es justo, pero también es misericordioso y compasivo.

Finalmente entiendo que la justicia de Dios es una acusación que ha estado pendiente ante el trono de Dios desde el primer reclamo de Lucifer. Es una acusación que Dios ha estado respondiendo desde la caída del hombre. Ahora la cruz tiene un nuevo significado para mí porque es la respuesta más brillante y llena de amor que Dios podría dar.”

Al final de la serie, Miguel, su esposa y su cuñada respondieron al llamado de bautismo y entregaron sus vidas a Dios.

“Tuvimos bautismos todas las noches, y hablé y oré con Miguel en varias ocasiones”, dijo el pastor Costa. “Tuvo una lucha intensa debido a compromisos sociales profundamente arraigados, pero la verdad bíblica triunfó en su corazón. En todo caso, la historia de Miguel reafirma mi convicción de que debemos presentar los mensajes de los tres ángeles con claridad y sin temor. Si no lo hacemos, podemos estar privando a alguien del gozo en Jesús y de la oportunidad de la vida eterna.”

El pastor Robert Costa junto a los hermano en Ciudad de México.

La serie también ayudó a alentar a los líderes y miembros de iglesia local, quienes a menudo luchan en esta ciudad compleja y secular de más de 9 millones de personas.

“Nunca debemos dejarnos intimidar por los números porque no trabajamos solos”, dijo el pastor Costa a los pastores e iglesias. “Dios no nos pide que tengamos éxito. Él solo pide que seamos fieles, y Él se encargará del resto”.

Por favor, mantengan al ministerio Escrito Está en sus oraciones.