Todo comenzó con una pareja joven deseosa de compartir el evangelio en una pequeña comunidad al sur de Guatemala. Un amigo le dijo a Anthony, “si quieres hacer misión, por favor acuérdate de mi comunidad, necesita toda la ayuda posible”. Después de visitar una aldea en Moyuta llamada Palos Abrazados, Anthony y Angie se dieron cuenta de que su amigo tenía razón. A pesar de los esfuerzos realizados por el gobierno local, la vida en Moyuta es muy difícil para muchas personas. Muchos trabajan en agricultura, un trabajo muy pesado y agotador. Así es como Anthony y Angie comenzaron a visitar la aldea una vez al mes e invitaron a otros jóvenes a unirse en servicio.
La cantidad de trabajo aumentó tanto que el grupo decidió crear una organización sin fines de lucro llamada Familias con Futuro. Ahora, todos los meses un grupo de jóvenes viaja desde la Ciudad de Guatemala hasta Moyuta, en un viaje de 2.5 horas, para pasar tiempo con las familias, celebrar los cumpleaños, jugar con los niños, traer útiles escolares, organizar ferias de salud, ayudar a reparar casas, entre otras cosas.
El proyecto más reciente consiste en proporcionar un filtro de agua para cada familia en la comunidad. Esto permite que las personas tengan acceso a agua potable limpia y, como resultado, una vida más saludable. El clima en Moyuta es cálido y húmedo, con temperaturas promedio de 85 a 95 grados Fahrenheit. El agua potable es fundamental para que quienes trabajan bajo calor extremo y sin aire acondicionado se mantengan hidratados; y para que los niños eviten enfermedades estomacales.
En febrero de 2021, Escrito Está unió fuerzas con la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Guatemala para apoyar esta iniciativa. Gracias a diversas donaciones, en octubre de 2021, 300 familias recibieron filtros de agua. Después de inspeccionar el área y asegurarse de que las personas recibieran la capacitación adecuada sobre cómo mantener los filtros, muchos expresaron su gratitud por el proyecto Agua de Vida para Guatemala.
Un pequeño grupo de Escrito Está participó en la entrega de los filtros. Mientras los lugareños esperaban que se les llamara por nombre para recibir los filtros, tuvieron la oportunidad de escuchar un mensaje: “Dios ama a la gente de Moyuta. No han sido olvidados. Cada vez que beban de esta agua, recuerden a Aquel que ha prometido darnos el agua de vida. Si bebes del agua que Cristo ofrece, no volverás a tener sed. Confía en el amor de Jesús”.
Tras recibir su filtro de agua, un miembro de la comunidad expresó: “Gracias por lo que han hecho por nuestra comunidad, gracias por venir para mostrarnos el amor de Jesús”. Otra señora dijo: “Pensé que Jesús se había olvidado de mí. No saben cuánto significa este obsequio para mi familia, ¡gracias!”
Alejandro, uno de los voluntarios también tuvo algo que añadir: “Gracias por apoyar este proyecto. Ver a una organización como Escrito Está viniendo hasta Guatemala para ayudar a un pequeño grupo de voluntarios define lo que debería ser la iglesia. Estoy muy animado y seguiré ayudando a mi comunidad con más fervor que nunca”.
La siguiente parada fue en Chicanutz, un pequeño pueblo en medio de las montañas en el centro del país. Ahí habitan los Q’eqchies, una comunidad nativa de Guatemala. El viaje tardó ocho horas desde la ciudad de Guatemala. Para entrar a la aldea es necesario ir en camioneta, ya que los caminos son de piedra. Nuestros acompañantes fueron miembros de Unión Radio Guatemala, la estación radial adventista que cubre varias áreas del país. Recientemente compraron una antena cercana y se han propuesto traducir contenido de Escrito Está al idioma quekchí. El propósito de este viaje era entregar radios de energía solar para que las personas del pueblo pudieran escuchar programación radial cristiana y compartirla con otros miembros de la comunidad. Este proyecto recibió el nombre de Una Mejor Manera de Vivir para los Q’eqchies.
No hay electricidad en esta zona. El único edificio que tiene un generador es la pequeña Iglesia Adventista, y solo lo encienden durante las horas de culto los sábados. Solo unas pocas personas en esta comunidad hablan español con fluidez. Tener contenido cristiano que puedan entender es esencial para su crecimiento espiritual. Óscar Cucúl es un obrero bíblico que ha estado pastoreando la comunidad quekchí. Él mismo es un quekchí y siente la responsabilidad de capacitar a nuevos discípulos para continuar su trabajo. “Ojalá hubiera conocido a Jesús cuando era más joven. Antes de venir a Cristo, viví en las calles. Conocí el evangelio cuando tenía 39 años. Mi sueño es tener una escuela de discipulado para capacitar a los jóvenes quekchíes para compartir el evangelio. Me estoy haciendo mayor y llegará el día en que ya no tendré fuerzas para continuar. Esta es la mayor carga en mi corazón”.
Durante el servicio de adoración, Óscar fue nuestro intérprete, desempeñando un papel clave en nuestra conexión con la comunidad. Fuimos recibidos con sonrisas, una deliciosa comida y mucho amor. “B’antiox” fue una de las palabras que más usamos, y significa, gracias. La congregación procedió a cantar del himnario adventista en español, muchos sin entender lo que estaban cantando. ¿Te imaginas cantarle a Dios sin entender lo que le estás diciendo?
El clima era muy húmedo y caluroso. Solo podíamos quedarnos unas horas porque si nos atrapaba la lluvia, estaríamos atascados el resto del día debido a las carreteras. Entregamos las radios y corrimos hacia el siguiente grupo que vivía más arriba en la montaña. El segundo grupo es una iglesia en crecimiento, pero se reúnen en la casa de alguien porque no tienen un templo. No había aire acondicionado y la habitación estaba oscura. Los lugareños estaban muy emocionados de recibirnos y prepararon una deliciosa sopa para almorzar. Durante nuestra breve visita, hablamos sobre la importancia de compartir a Jesús y aprender de su Palabra. Luego procedimos a entregar las radios. Muchos se apresuraron a desempacar porque querían aprender a usarlos. Estaban emocionados de saber que podían escuchar sermones en quekchí y esperan recibir más contenido en su idioma nativo.
Más arriba de las montañas, hay un tercer grupo. Empezaba a llover, por lo que no pudimos visitarlos. Pero Óscar se quedó a cargo de distribuir las radios solares restantes y capacitar a los lugareños sobre cómo escuchar los programas cristianos. Aunque este viaje fue un gran logro, es solo el comienzo de una gran misión: crear más contenido que pueda llegar a áreas que aún no han escuchado el evangelio en su lengua. Sigamos orando por personas como Óscar que están en un vasto campo misionero. Sigamos apoyando en la creación de más contenido en diferentes idiomas. Gracias por tu apoyo a Escrito Está para hacer posible esta donación. También estás ayudando a traducir más contenido al idioma quekchí. Juntos podemos llegar a muchas más personas con las Buenas Nuevas de Jesús y brindarles a los quekchís una mejor manera de vivir.