Ocho Lecciones del Coronavirus

por John Bradshaw

Hay mucho que podemos aprender de la crisis del coronavirus. Veamos algunas lecciones sin ningún orden de importancia.

1. La gente puede enfermarte. Escuché un sermón hace más de 25 años, predicado por un hombre que en ese momento no era cristiano y que actualmente no es miembro de iglesia. Dijo que no es prudente cultivar un jardín justo al lado de la propiedad de tu vecino si su terreno está lleno de malezas. Porque incluso si haces todo bien, las semillas de su propiedad soplarán en tu jardín y lo llenarán de malezas. La proximidad es un asunto serio. Lo mismo es cierto con el coronavirus, que se transmite de persona a persona. Tenemos que ser cuidadosos con lo que recibimos de los demás.

Esto es especialmente cierto en el ámbito espiritual. Las asociaciones importan porque las actitudes son contagiosas. Si estás en la escuela y los chicos populares no toman en serio a Dios, tenerlos en tu círculo íntimo podría ser peligroso para tu salud espiritual. Si tus compañeros de trabajo o amigos son corrosivos para tu fe, ten mucho cuidado con la influencia que ejercen sobre ti. La gente tiene influencia. Todos somos influyentes. Ten cuidado con las personas que te rodean.

2. Ten cuidado de lo que compartes. Nos han recordado una y otra vez que debemos toser o estornudar en el brazo, para no afectar ni poner en peligro a los demás. Demasiadas personas “reparten” su ira, malas palabras y actitudes de odio sobre otras personas, que a su vez se ven afectadas negativamente por eso. Tu “chiste” racista, sexista o degradante puede parecerte gracioso, pero perjudica a los demás. Expulsar tu enojo puede ser aceptable para ti, pero contamina a otros. Algunas personas evocan la misma sensación de rechazo que los zorrillos. “Espero que no empiece a criticar a otras personas delante de mí”. No tenemos derecho a infectar a otros con nuestra disfunción. Si no puedes controlarte, o entregar tu ira y frustración a Dios, no está bien que lo repartas a los demás. Es injusto y destructor.

3. Es importante separar los hechos de la ficción. “El 10 por ciento de la población mundial morirá”. “¡Esto durará 18 meses!” La verdad es que todavía no tenemos todas las respuestas. He recibido numerosos mensajes que contienen curas milagrosas, la “verdad” sobre el coronavirus y remedios que garantizan tu seguridad. Es casi seguro que no lo harán. El internet es como los catálogos de Sears de antaño. Puedes encontrar casi cualquier cosa que estés buscando. Aparentemente, lo mismo es cierto con la Biblia, porque hay personas que pueden apelar a la Biblia para apoyar casi cualquier cosa. Es importante, desde una perspectiva bíblica, separar los hechos de la ficción. No creas en lo que alguien te diga sobre Dios o sobre la Biblia. El diablo tiene personas que querrán desviarte, distraerte y debilitar tu fe. La Biblia es la verdad. Lo que alguien diga acerca de ella no necesariamente tiene que serlo.

4. Es bueno pensar en el bien común. Estamos en esto juntos. Tus acciones tienen una consecuencia. Por eso se les pide a TODOS que actúen de manera responsable, que consideren a los demás. Puede ser que el coronavirus rebote en ti. De hecho, estadísticamente hablando, hay una muy buena posibilidad de que no te afecte físicamente. Pero incluso si estás bien, no vas a querer ser portador de esta enfermedad. Hablando espiritualmente, puedes convertirte en una fuerza positiva o negativa en este mundo. Es tu decisión. Considera tu influencia y úsala para el bien de los demás. Nota que en ningún momento se ha dicho que solo las personas especialmente calificadas pueden transmitir enfermedades. Solo tienes que estar vivo para ser un posible portador. Es lo mismo con la fe. No tienes que ser especial, solo especial para Dios, y puedes actuar por el bien de todos.

5. Haz las cosas simples para protegerte. Lávate las manos, evita a los enfermos, aliméntate bien, haz ejercicio, descansa. Estas son actividades simples. Lo mismo sucede con la fe. Estudia la Biblia. Habla con Dios. Deja que tu luz brille. Son actividades sencillas que puedes realizar para protegerte. Si no estás estudiando la Biblia, eres vulnerable. La oración y la lectura de la Palabra se convierten en un hábito. A medida que lo practiques, querrás hacerlo más y más.

6. Las cosas cambian rápido. Hace dos meses, muy pocas personas hablaban del coronavirus. Ahora es el tema de casi todas las conversaciones, y está dominando las noticias. A comienzos del 2020, no teníamos ni idea de que en menos de tres meses la economía se desplomaría, de que las ciudades estarían cerradas, de que habrían desempleos masivos, o de que las escuelas se cerrarían … Alguien dijo una vez que los movimientos finales serán rápidos. Esa afirmación no podría ser más correcta.

7. Siempre es correcto hacer lo correcto. Siempre ha sido correcto cuidar de tu salud, toser bajo la manga, mantenerte alejado del trabajo cuando estás enfermo, hacer ejercicio, descansar lo suficiente y pensar en el bienestar de los demás. Es aconsejable hacer que los buenos hábitos formen parte de tu vida cotidiana. Lo mismo es cierto en tu relación con Dios. No vale la pena esperar hasta que ocurra una desgracia para que recién comiences a descubrir la oración. No querrás estar en medio de una crisis para recién recurrir a la Biblia. Las cosas sabias siempre son sabias. Lo correcto siempre es lo correcto. Los principios de Dios para una vida exitosa son válidos en todo momento.

8. Ten fe en Dios. Según 2 Timoteo 1:7, Dios no nos ha dado un espíritu de temor. Dios es real (Hebreos 11:6), Él es amor (1 Juan 4:8), Él te ama (Jeremías 31:3), y regresará pronto a este mundo (Juan 14:3). Nos espera una eternidad para disfrutarla con Él (1 Tesalonicenses 4:17). Este es un gran momento para cultivar tu fe en Dios. Recuerda que ¡lo mejor está por venir!

¿Qué puedo hacer para prepararme? ACTUALIZACIÓN SOBRE EL CORONAVIRUS

Entrevista del Pr. John Bradshaw con el Dr. David Derose

JOHN BRADSHAW: Gracias por acompañarme. Me gustaría hablar por un momento sobre el Coronavirus. Todo el mundo en todas partes está hablando de esto. Es una preocupación de salud pública muy seria a nivel mundial. Hay muchas preguntas sin respuesta. En unos instantes hablaré con alguien que contestará varias preguntas importantes, el Dr. David Derose de Compass Health Consulting. Es un médico, autor, que ha colaborado con It Is Written en varias ocasiones. Él tiene mucha sabiduría. En unos instantes va a compartir contigo cosas que no querrás olvidar y que debes compartir con otros sobre el Coronavirus. Después de hablar con él, algo más importante, más importante que la amenaza física o los pasos que debes tomar para protegerte en contra del Coronavirus. Hablaremos con el Dr. David Derose y después hablaremos de algo más importante y sé que el doctor estará de acuerdo. Pero primero, comencemos hablando acerca del Coronavirus con el Dr. David Derose. Dr. Derose de Compass Health Consulting, gracias por acompañarme. Dr. Derose, cuéntenos lo que realmente necesitamos saber acerca del Coronavirus.

DR. DEROSE: Bueno, creo que lo más importante que debemos enfatizar es que esta es una de una familia de virus. El coronavirus para muchas personas es el “nuevo miembro de la familia”, pero si has experimentado un resfriado, es muy probable que hayas tenido un resfriado causado por el coronavirus. Hay otros virus que causan resfriados, pero esta cepa de coronavirus en particular, es confusa debido a sus características. Está ocasionando problemas extensos y es algo de lo que debemos preocuparnos. Es un llamado a cada uno de nosotros de poner en práctica los hábitos de buena salud en nuestras vidas.

JOHN BRADSHAW: Mencionó que debemos preocuparnos. Aquí le hago esta pregunta no tan noble, ¿cuán preocupados debiéramos estar?

DR. DEROSE: Bueno, tú eres presentador de un programa bíblico, John, y una de las cosas que aprecio es el énfasis en las Escrituras que ofrece It Is Written. La Biblia nos aconseja en múltiples ocasiones que no debemos temer. Al hablar de niveles de preocupación, no pienso que debemos paralizarnos de temor. Necesitamos canalizar. Diré que esto es algo con lo que tendremos que lidiar por un buen tiempo como población mundial. No parece ser algo sencillo de lidiar para la comunidad médica o de la salud pública. Necesitamos ser atentos, necesitamos mejorar nuestras prácticas de higiene. Hemos estado enfatizando ese mensaje. Pero también los hábitos de estilo de vida saludable. Debemos enfocarnos en esos hábitos saludables que sabemos que deberíamos realizar. Es mucho más importante cuando hay un virus potencialmente serio a nuestro alrededor.

JOHN BRADSHAW: Dos preguntas. La primera, ¿quién corre mayor riesgo? Segundo, denos instrucciones prácticas. ¿Quién corre mayor riesgo? No quiero decir que el resto de nosotros no corre riesgo, sino ¿qué constituye un riesgo real? De ahí díganos qué podemos hacer en términos prácticos.

DR. DEROSE: En cuanto a riesgo, si analizamos los datos que están saliendo de China, hay una clara relación entre la edad y el riesgo. Mientras mayor seas, corres mayor riesgo de enfermarte. Es muy difícil de determinar cuán serio es ese riesgo. Si miras en todos los ámbitos, estamos hablando de lo que se sabe hasta ahora, un 3% de personas que adquieren esta enfermedad, terminan en fatalidad. Pero la evidencia sugiere que hay mucha gente que no ha sido detectada, así que tal vez la incidencia sea más baja. En los estudios realizados en China, nadie menor a 10 años ha fallecido. Los niños no han tenido fatalidades. Esa es una muy buena noticia para padres y abuelos, pero cuando ascendemos la edad, tenemos que vernos al espejo. Mientras más años tengamos, corremos más riesgo; especialmente si tenemos enfermedades preexistentes. Enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades del corazón, de los pulmones. Esto nos trae nuevamente al asunto de los hábitos saludables.

JOHN BRADSHAW: ¿Qué hacemos entonces?

DR. DEROSE: Al hablar de cosas que podemos hacer para tomar el control de esto, primero que nada, no podemos pensar que es posible estar totalmente libres de riesgo. La idea de que lo podemos evitar por completo, de que si usamos una mascarilla todo el tiempo estamos a salvo, en realidad el modo como esto parece transmitirse muestra que el uso de mascarillas en situaciones de bajo riesgo no ayudan en nada. Así que acumular suministros médicos no es una buena idea porque esas mascarillas ayudan a quienes tienen una infección activa o están en el hospital y necesitan una o para profesionales de la salud que utilizan unas de mayor protección. Definitivamente el higiene tiene su lugar. Muchas cosas comunes pueden matar este virus: agua oxigenada, gel desinfectante, cloro, mantener las superficies limpias; porque si abres la puerta y después tocas tu cara, si una persona antes que tú tocó esa perilla pudo haber dejado el virus ahí y puedes inocular en tu nariz u ojos y ahí es como te puedes infectar. Todo lo que hemos escuchado en cuanto al higiene es muy apropiado. El otro aspecto es el estilo de vida. El ejercicio físico regular, mantener aire fresco circulando en tu casa, especialmente en tu recamara. Si hay un enfermo en casa, asegúrate que su habitación reciba ventilación. Mantener una dieta saludable, evitar lo alto en grasa y azúcar. Y si hay alguien que tiene una dolencia, como la hipertensión o la diabetes, que son potencialmente reversibles al adoptar hábitos saludables, este es el momento de considerarlo seriamente. Hay evidencia de que si logras controlar los niveles de azúcar, de que si logras reducir la cantidad de medicamento que consumes, porque en algunos círculos se discute, que ciertos medicamentos que se usan para condiciones comunes pueden aumentar nuestro riesgo de contraerlo si quedamos expuestos.

JOHN BRADSHAW: Háblame sobre algunos recursos. Si alguien dice, “necesito un libro, algo donde pueda aprender un poco sobre cómo prepararme para enfrentar esto…”, ¿cuáles son buenos recursos que recomiendas?      

DR. DEROSE: Hay contenido maravilloso que está saliendo continuamente en los sitios web de bienestar y salud. Los centros de control y prevención de enfermedades están colocando técnicas de cómo lavarse las manos apropiadamente. Esto es magnifico, cómo esterilizar superficies, lavado de manos, no tocarse la cara a menos que nos hayamos acabado de lavar las manos. Hay muy buenos recursos ahí. Muchas personas me sugieren, “Dr. Derose tienes que sacar una nueva edición del libro Evading Ebola [Evadiendo el Ebola]”. Estaba justamente revisando esto. Es un libro que saqué hace seis años durante la crisis del Ebola, pero estuve delineando lo más importante. Es un libro sencillo que habla de estrategias prácticas de ejercicio, higiene, dieta, dejar de fumar. Así que si vas a algunos de estos sitios web actualizados que están resumiendo buena información o si adquieres un recurso que ha estado disponible por un buen tiempo, como Evading Ebola, sé que si tuviera tiempo sacaría una versión actualizada como me lo ha estado pidiendo la gente. Lo que digo es que tomen ventaja de lo que está disponible.

JOHN BRADSHAW: Tu libro, The Methuselah Factor [El Factor Matusalén], puede ser adquirido por internet y a través de It Is Written. Estarías de acuerdo que ese también sería un recurso útil, es un libro maravilloso.     

DR. DEROSE: Me alegra que lo mencionas. Me estoy preparando para realizar unos programas comunitarios. Ese libro habla sobre cómo mejorar la fluidez de la sangre y hay investigaciones muy interesantes que declaran que mejorar la fluidez de la sangre podría reducir nuestro riesgo de esta o de infecciones similares. No hay muchos estudios que he visto sobre este tipo de coronavirus en particular y su relación con la fluidez de la sangre, pero existen esas conexiones y lo vamos a estar promoviendo a personas que realicen ese programa de 30 días como una estrategia para mejorar su salud, su estilo de vida y la disminución del riesgo potencial de esta infección.

JOHN BRADSHAW: Te pregunto esto. Están surgiendo industrias debido a que las personas están comprando todo tipo de productos y cosas mágicas para protegerse del coronavirus. ¿Sí o no?

DR. DEROSE: Por supuesto, los agentes desinfectantes tienen su lugar, pero estos no son agentes propietarios. Puedes ir a la tienda de dólar y comprar cloro o alcohol de 70%.

JOHN BRADSHAW: Dr. Derose sé que estás ocupado con mucho que hacer. Dios te bendiga a ti y tu ministerio. Gracias por tomarte el tiempo de acompañarme.

DR. DEROSE: Fue un gusto John, sigue adelante con el buen trabajo.

JOHN BRADSHAW: Dije hace un momento que hablaríamos de algo más importante que la amenaza física ocasionada por el coronavirus. La enfermedad en el mundo nos recuerda que estamos en una batalla global entre el bien y el mal. ¿Qué estás haciendo en cuanto a tu salud espiritual? Ambos sabemos que un día moriremos de algo, si no es del coronavirus, de otra cosa. No queremos olvidar que hay personas a nuestro alrededor muriendo en estos momentos, luchando contra toda clase de situaciones médicas. ¿Pero qué haces con las consecuencias del pecado en tu vida? No solo las consecuencias de la enfermedad en tu vida. No es interesante que el mundo está tan urgido, “queremos estar bien en estos momentos”. ¿Qué tal si una fracción de esa urgencia estuviera canalizada al bienestar espiritual?

Vemos reflejado en este asunto global de gran importancia, el hecho de que estamos en una guerra muy seria. ¿Cómo estás espiritualmente? Hay una batalla entre el bien y el mal. Cuando Jesús regrese –y lo hará– ¿dónde estarás tú eternamente? ¿Habrás escogido a Jesús y el bienestar espiritual o lo contrario? Quiero compartir contigo tres versículos sencillos, muy buenos principios bíblicos que te ayudarán y bendecirán mientras consideras tu salud espiritual. Si todo lo que hablamos es sobre el coronavirus, si logras llegar a los 200 años y no estás experimentando buena salud espiritual, ¿de qué valió?

Ven conmigo a Hechos 16:31, donde Pablo y Silas le dicen a un individuo en Filipo:  “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” En estos momentos estás intentando descifrar a cuál médico creer o cuál reportaje creer. ¿Estás creyendo en Jesús? Él es el que ofrece bienestar espiritual. Esto es muy cierto, la batalla es real. Mira alrededor del mundo, parece que se está volviendo loco. Ese es un reflejo de la realidad de la batalla espiritual que se está librando. 1. Recuerda esto:  Cree en el Señor Jesucristo. Tú puedes hacer eso, es un paso sencillo que cualquiera puede tomar.

El siguiente versículo que veremos se encuentra más adelante en la Biblia, 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” ¿No sería maravilloso que conocieras al doctor o si tuvieras el medicamento que te limpiaría del coronavirus, del resfriado, de la gripe, del diabetes, del dolor de espalda, que te devolviera la vista, que te sanara del corazón? ¿No sería eso maravilloso? No existe tal cura mágica, excepto que hay un maravilloso remedio divino para el pecado. ¿Estás aprovechando eso? ¿Qué dice 1 Juan 1:9? Si confesamos nuestros pecados… ¿qué hará Dios? Siendo fiel y justo, te perdonará y limpiará. La enfermedad del pecado desaparecerá. Mientras el mundo se enfoca en el bienestar físico, ¿por qué no nos enfocamos también en el bienestar espiritual y nos aseguramos estar en condiciones óptimas? Confiesa tus pecados y Dios te perdonará. Sea lo que hayas hecho, él te dará paz y quitará tu culpa.

Por último, después de hacer esto, ¿qué sucede? Permíteme compartir uno de mis versículos favoritos en toda la Biblia. Filipenses 2:13 dice: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Una vez que creas y confieses, ahora Jesús vive su vida en ti. ¿Cómo te está funcionando? ¿Estás experimentando a Dios en tu vida? Si no, aférrate a Jesús. Si es difícil, pídele a Dios que haga en tu vida lo que quiere hacer y él lo hará. Sigue buscando a Dios: “Dios te necesito. Reclamo la justicia de Cristo. Nunca seré lo suficientemente bueno, pero tú Señor lo eres.”

Creemos, confesamos y aceptamos la voluntad y vida de Jesús en nosotros. Las enfermedades vienen y se van. Algunas se quedan. Hoy es el coronavirus, mañana seguramente vendrá otra cosa. ¿Cómo nos afectará? No lo podemos saber. Haremos lo mejor posible, pero hay cosas fuera de nuestro control. Algo que no está fuera de nuestro control es la eternidad. Si crees, confiesas e invitas a Jesús a vivir en ti, tendrás buena salud espiritual en este mundo y disfrutarás buena salud espiritual por toda la eternidad.

Doy gracias al Dr. David Derose por estar conmigo hoy. Gracias por tu sintonía. Unámonos juntos para agradecer a Dios por brindarnos buena salud espiritual ahora y por siempre mientras confiamos en él. Oremos: Padre Celestial danos fe para confiar en ti. Creemos, límpianos, perdónanos y habita en nosotros. Haz tu voluntad, oramos. Gracias porque eres mayor que cualquier enfermedad. Gracias porque nos puedes restaurar y sostenernos espiritualmente. En el nombre de Jesús, amén.

Muchas gracias, bendiciones.        

El Coronavirus “Y se maravilló toda la tierra…”

Por John Bradshaw

Todos están hablando de esto. Por todo el mundo.

Varios están contagiados. Se reportan muertos. La bolsa de valores ha recibido un golpe. Las cifras de turismo están decayendo en algunas partes del mundo. Podría afectar los juegos olímpicos.

Hasta el martes 3 de marzo, hay aproximadamente 100 casos confirmados de coronavirus, conocido como COVID-19, en los Estados Unidos. Ha habido alrededor de 90.000 casos reportados en el mundo, con alrededor de 3.100 muertes.

Adónde ascenderán las cifras es una incógnita. Pero afortunadamente, el coronavirus no es VIH / SIDA ni Ébola. O incluso la gripe. Es grave y altamente contagioso. Pero en lo que respecta a las epidemias mundiales, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estima que hasta 46.000 personas han muerto de gripe desde octubre del año pasado ¡solamente en los Estados Unidos!²

Lo que estamos viendo es que el planeta no necesita tiempo para enfocar su atención en un asunto. El coronavirus nos muestra que un problema puede convertirse en un fenómeno global rápidamente. Y eso es algo que tiene un significado profético.

En los últimos 25 años, la gente me ha preguntado cómo se convertirá la última gran crisis de la Tierra en un asunto global. Perdí la noción de cuántas veces las personas me han preguntado cómo distinguirán las autoridades a quienes se nieguen a recibir la marca de la bestia. “¿Cómo sabrán quién está en favor de la marca de la bestia y quién no?” Esa una pregunta válida, y lo que hemos comprobado con esta enfermedad es cuán fácilmente la sociedad puede centrar su atención en un asunto y hacer que ese asunto se convierta en un problema mundial, en muy poco tiempo. Y eso es lo que sucederá en los días finales.

El mundo se ha vuelto mucho más pequeño en los últimos años. La comunicación electrónica ha aumentado la velocidad y la facilidad con la que viajan las noticias de un lugar a otro. Alguien dijo una vez que los movimientos finales de esta tierra serían “rápidos”. Y tenía razón.

No necesitamos especular sobre cuándo ocurrirán ciertos eventos proféticos. Ya tenemos la respuesta. Pronto.

El fenómeno del coronavirus nos muestra que las cosas pueden cambiar increíblemente rápido. La Biblia dice “y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia” y “la adoraron todos los moradores de la tierra” (Apocalipsis 13:3, 8). Hemos visto claramente ilustrado en las últimas semanas como un problema puede convertirse en una crisis global prácticamente de la noche a la mañana, cómo lo improbable puede convertirse en una realidad global en muy poco tiempo.

Hace seis mil años, la Tierra se infectó con una enfermedad llamada pecado. Dentro de poco tiempo todo el mundo estará hablando sobre los problemas que dominarán las escenas finales de la historia de este mundo.

Todos hablarán de eso. Por todo el mundo.

Y aquellos que estén completamente entregados a Jesús experimentarán la liberación final con la segunda venida.